jueves, 10 de diciembre de 2009

Mass Medias Palabras


Estacionamiento de la crítica


...En que momento la violencia se apodera de nuestros medios de comunicación, atravesando el inconciente razonal del audio lector, desgarrando la cultura en la practicidad cotidiana, con un lenguaje en espiral de visiones y expresiones nuevas?


PERIODISTA DIANNA PARDO



¡Hostia!, dirían los españoles mientras ven en una cultura como la nuestra escuchar al conductor de un taxi disociar con sus colegas de trabajo en cualquier parada de un citadino semáforo. Mientras él comenta los indicadores del partido de fútbol nacional o local se observa en paralelo el caminar arrullador de una joven listando un termo y vaso diminuto, dispuesta a entregar una oscura y dulce bebida caliente.

Un delicioso y cálido café negro llega con eficacia a las manos morenas de viejo conductor, con sus dientes a todo telón enfrenta la sensación de agrado en un placer que caracteriza a todo ciudadano, ese que por las noches cambia el rumbo no solo de un sistema económico sino también de las relaciones sociales dentro de la comunicación y la cultura, agitando con un palillo dentro de aquel vaso el azúcar que lo caracteriza como hablante de sus experiencias y opiniones en una sociedad que mantiene el idealismo de una patria alegre y edulcorada.

Las membresías llevadas a lo largo de la historia producen retomar una y otra vez el sorbo liquido de los espacios, trascendiendo en la imagen de si mismo la idea de una familia y empujes propios que expresan sentimientos multiculturales, capaces de producir las dos mil calorías suficientes para encender motores y llevar a un país al significado del calor humano.

En una parada esta aun tibia la prensa que sin duda alguna, se apoderó del concepto de información en todos las escenarios habituales y que acompañando consigo del audio radial de una pasible emisora mostrará el folclor cotidiano de nuestro diario vivir. Un rojo por la muerte que asecha con paciencia a su a su presa pero que da lugar para observar detenidamente la realidad en los puntos que distinguimos o se nos hacen familiares, un naranja que debió algún día ser amarillo como nuestro auto, para dejar como muestra el resplandor de un día hermoso radiante de alegría, felicidad y energía que como conductores de nuestras conversaciones coleccionamos en las paradas vivencias que estibamos en el asiento trasero las experiencias. Y donde finalmente un verde debió ser azul porque nuestros nuevos parques hechos por el aquel novedoso alcalde permiten ver en el cielo a los niños que corren y suben a los árboles aludiendo a la vida y el respeto por ella.

Una pausa que por cuatro minutos treinta dejo escapar el dióxido de carbono de las sensibilidades y la identidad. Frente a esto podría haber estado jamás una cortinilla musical de radio ciudad animando el paso de un vendedor de flores al otro lado de la calle. Una parada que subjetivamente muestra con un ipot al interior de un bus la primitiva estulticia del dadaísmo moderno

En la portada del periódico; rojos, verdes, azules, grises y cualquier matiz que pueda acompañar la alegría holgorio de aquel encuentro deportivo emite en su titular ¨Batalla Campal entre…¨ y en otro mientras que en aras de la competencia dan la misma y en indiferentes líneas la primicia de dicho encuentro esta vez un titular editado ¨Guerra entre…¨, ¨Un Rin de batalla entre…¨, ¨Un campo de muerte entre…¨, ¨Enfrentamiento entre... Y donde la lista podría culminar en cualquier esquina del diario matutino acompañado de un agradable café en las tiendas Juan Valdés y porque no con una galleta del mismo ingrediente total privilegio, no solo por sus recetas de elaboración y procesos del grano sino exótica boutique con la que muestran al mundo una identidad de un país rojo con negro rebosante de amor y energía (dulce). Sino por la espera en el estadio de un encuentro anhelado entre una selección de fútbol local imaginando pelotear el balón, calentar sus rodillas y correr delirantemente hasta la malla donde abandonarla en los brazos sonoros de un gol y felicidad sublime cortegiando desde la tribuna la misma alegría que el voceador de la calle anunciador verbal la reseña percibió con la misma intensidad del aficionado en restaurante bajo la presión de su jefe o el almuerzo servido en un televisor de cualquier pulgada exaltando los colores de una familia convertida en patria.

Sociedad que con un aroma matinal emancipa al consumo alternativo del chocolate caliente alrededor de la mesa no solo porque un redactor, un periodista, un investigador, cocinero, diputado, mensajero y hasta celador comprende y siente las mismas sutilezas de un lenguaje soñador y alentador detrás de unas letras que que llevan en su enunciado la pesquisa un entorno. Pero no se quemen en el desarrollo del moderno intelecto dentro de las comunicaciones nos dan gafas al lector, con las cuales el valor de la cultura a través de las actividades y la integración haciendo presente el control de un timón de dialogo para manejar las turbias calles de la verdad y de la conciencia de lo que pasa en nuestra sociedad.
Los medios somos todos, una bebida oscura que servida en un vaso tiene el sabor de la historia y la conciencia de la información controlada por los MASS MEDIA o Medios de comunicación.

Dianna Pardo
Derechos de Autoy Copy Right 2009.

Artículo de opinión



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